Vida sobre ruedas

En términos concretos, un “hoverboard” (también conocido como “balance scooter” o “scooter de balance autónomo”) es una tabla plástica puesta sobre dos ruedas. El usuario mantiene el equilibrio sobre el artefacto a través de sensores, como giroscopios, que además permiten controlar su movimiento: inclinar los dos pies hacia adelante hace que se avance. Dos pies hacia atrás permiten retroceder e inclinar uno solo inicia un giro.

Funcionan en base a energía eléctrica, ofreciendo, al menos en el caso de la versión que probamos, un rango de batería de entre 15 y 20 kilómetros, con una velocidad máxima de 15 kilómetros por hora. El proceso de carga puede tomar entre una y dos horas, siendo conectado a un enchufe eléctrico común.